Volví otra vez por el camino hollado
hasta la vera del solar primero;
de otras voces ahora prisionero
el viejo caserón se ha remozado.
Sospecho que atesora todavía
como ocultado el familiar murmullo,
el ejemplo paterno, el arrullo,
y la entrega de amor de cada día.
Las formas ya no importan. El legado
que vibra y que me nutre fue gestado
a imagen de un linaje cristalino.
Agradecido quiero compartirlo
para que tú también puedas sentirlo
como un soplo vital en tu destino.
martes, 3 de junio de 2008
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